miércoles, 9 de octubre de 2013

Las nubes son los arbustos del cielo

*suspira y se disponse a escribir*

Hoy es el primer día del resto de mi vida.
No se que escribir o más bien no se si escribir. Hoy como hace muchos días atrás tengo atorado algo en mi pecho y garganta; un sin fin de palabras, de versos y amores.
Hoy como hace muchos días han fracasado mis intentos de hacer algo.
Hoy hay risas. Risas de nervios, risas de incredulidad, risas de sentimientos encontrados pero no risas de alegría. ¡Soy una hiena!
Más de 60 horas sin internet sólo por maravillosa razón; ¡No querer entrar a las redes sociales porque no soportaría ver una publicación suya!
Tengo miedo de tomar el transporte unversitario porque siento que te veré. No quiero pasar más allá de los límites de mi facultad porque siento que te veré. Quiero verte pero no lo soportaría.
Ese sentir en mi cuerpo al pensarte o ver tu nombre o cualquier cosa tuya o que me diste es algo que me mata. Es por eso que odio ser visceral.
subir a una lobobici y en general a una bicicleta es un recuerdo de que puedo volar. Puedo volar porque siento el viento romper en mi cara, no siento mis pies en el suelo y no caigo. ¡Estoy volando! Es como estar enamorado pero con menos alegrías. (¿o serán más?)

Hoy escirbo poco porque comienzo a sentir mi cuerpo temblar y poner piel de gallina. Escribo poco porque es momento de que se conecte y eso me hará desfallecer.

¿Quieren una cosa sin sentido con sentido? Yo

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