Tal vez un hombre pueda sentirse dichoso de haber vagado por ese reino, pero su misma
plenitud y condición arcana atan la lengua del viajero que desee
describirlo. Y mientras está en él le resulta peligroso hacer
demasiadas preguntas, no vaya a ser que las puertas se cierren
y desaparezcan las llaves.
"Guerra ha de haber mientras tengamos
que defendernos de la maldad de un poder destructor que nos devoraría a
todos; pero yo no amo la espada porque tiene filo, ni la flecha porque
vuela, ni al guerrero porque ha ganado la gloria. Sólo amo lo que ellos
defienden: la ciudad de los Hombres de Númenor; y quisiera que otros la
amasen por sus recuerdos, por su antigüedad, por su belleza y por la
sabiduría que hoy posee. Que no la teman, sino como acaso temen los
hombres la dignidad de un hombre, viejo y sabio".
J. R. R. Tolkien
No hay comentarios:
Publicar un comentario